La historia nos cuenta que la primeras vides llegaron al actual territorio argentino en 1556 traídas por un sacerdote desde la Capitanía General de Chile. Sucedió en Santiago del Estero, aunque muy pronto se propagaron a Mendoza y San Juan donde las condiciones geológicas y climáticas favorecían su cultivo. Durante muchísimos años la evolución de la vitivinicultura en la región fue lenta. Con avances y retrocesos por circunstancias políticas, sociales y naturales (como el terremoto de Mendoza en 1861), pero con el tesón. esfuerzo y pasión de unos hombres que vieron en estas tierras el lugar perfecto para producir vinos de alta calidad.
A comienzos del s. XX, cuando la industria vitivinícola no era una de las más importantes del país, ciertas circunstancias políticas mundiales, como la Gran Guerra y el flujo de los inmigrantes a América resultaron factores decisivos para producir un cambio en el consumo de los vinos argentinos y desarrollar definitivamente la industria.
Hasta el momento, las clases altas consumían vino francés de modo regular. La Gran Guerra favoreció cierto proteccionismo y comenzó a beberse "vino argentino" al tiempo que se mejoraba su calidad. También los restaurantes empezaron poco a poco a incorporar vinos nacionales a sus cartas de "vinos franceses". En el tiempo los vinos de Argentina fueron reemplazando a los importados.
Por otro lado, las grandes masas de inmigrantes (españoles e italianos) acostumbrados a beber vinos de sus pagos, fueron iniciando a los argentinos en el gusto por esta bebida. Por aquellos tiempos, el vino era sólo consumido en las zonas de producción. ya que el aguardiente y la ginebra eran las bebidas alcohólicas frecuentemente consumidas en todo el país.
A comienzos del s. XX, cuando la industria vitivinícola no era una de las más importantes del país, ciertas circunstancias políticas mundiales, como la Gran Guerra y el flujo de los inmigrantes a América resultaron factores decisivos para producir un cambio en el consumo de los vinos argentinos y desarrollar definitivamente la industria.
Hasta el momento, las clases altas consumían vino francés de modo regular. La Gran Guerra favoreció cierto proteccionismo y comenzó a beberse "vino argentino" al tiempo que se mejoraba su calidad. También los restaurantes empezaron poco a poco a incorporar vinos nacionales a sus cartas de "vinos franceses". En el tiempo los vinos de Argentina fueron reemplazando a los importados.
Por otro lado, las grandes masas de inmigrantes (españoles e italianos) acostumbrados a beber vinos de sus pagos, fueron iniciando a los argentinos en el gusto por esta bebida. Por aquellos tiempos, el vino era sólo consumido en las zonas de producción. ya que el aguardiente y la ginebra eran las bebidas alcohólicas frecuentemente consumidas en todo el país.
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