De acuerdo a la presencia o no de gas carbónico, los vinos se denominan tranquilos, con aguja o espumosos.
Los vinos tranquilos son aquellos que no contienen gas carbónico o lo contienen en una proporción mínima. Recordemos que durante la fermentación, el azúcar de las uvas se transforma en alcohol (por acción de las levaduras) y también, se produce anhídrido carbónico.
Finalmente los vinos espumosos: champagne, crèmant, cavas, etc. contienen gas carbónico que sube y se escapa felizmente del cuello de la botella al ser descorchada. El resultado: chispeanates y dichosas burbujas que no dejan de jugar y hacernos cosquillas en la nariz y el paladar.
Resultan interesantes como aperitivos, para tomar simplemente solos o acompañar platos frescos estivales.
1 comentario:
Ese Frisant con un Foie a la plancha ufff rico..rico.
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