viernes, 26 de agosto de 2011

Vicisitudes en la historia de la viticultura británica


  Cuando Leonor de Aquitania en 1152 se convirtió en reina de Inglaterra al casarse con Enrique II, los vinos de Burdeos, ya famosos en todo el mundo, fueron llevados en gran cantidad a la isla del Norte. Muchos propietarios de tierra,  que venían elaborando vino, comenzaron a utilizar variedades francesas con diferentes resultados. Pero la popularidad y fama y, sobre todo,  calidad de los vinos franceses (por cierto obtenidos a buen precio por los ingleses) hizo que los insulares prefirieran  los de Burdeos. Conclusión: los viticultores se quedaron sin consumidores y muchos de ellos se dedicaron a cultivar cereales y a la cría de ovejas.


  Algunos otros, sin embargo,  mantuvieron sus viñedos para satisfacer su propia demanda y elaborar con orgullo sus propios vinos. Al producirse la ruptura definitiva entre la iglesia anglicana y la católica, por el divorcio de Enrique VIII,  muchos de los monjes y sacerdotes debieron marcharse.Tambaleaba entonces la producción vitivinícola, en gran parte tarea de los religiosos.

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  Otro embate de la viticultura británica, además de un clima realmente hostil para el cultivo de la vid, fue la peste (mediados de 1300). Dejó sin mano de obra al hacer estragos en las clases más pobres, por lo que muchos viñedos fueron abandonados. Al igual que en el resto de Europa la filoxera hizo de las suyas a comienzos del s. XX .

                                                   

1 comentario:

Luis Reyes dijo...

Muy interesante, no lo sabia, alguien ha probado algún vino ingles que se pueda recomendar?por cierto os felicito por el blog y sus contenidos.

Luis Reyes