lunes, 4 de julio de 2011

Alicante, la enfiteusis y el fondillón

  Este vino dulce tinto que se elabora a partir de las uvas monastrell debe su origen a una necesidad económica surgida de la institución de la enfiteusis. A través de la cual, mientras la tierra estuviera en producción,  los derechos de explotación se mantendrían en manos de los arrendatarios.

 De este modo, los agricultores, mantenían las cepas viejas (las cuales sobremaduraban) para seguir disfrutando de sus derechos sobre las tierras.

 Como ya hemos comentado en varias ocasiones, la sobremaduración de los frutos produce una excesiva concentración de los azúcares lo que  resulta en vinos dulces naturales.

 A los efectos de intensificar estas características en el vino, los agricultores cautivados por ese dulzor, una vez cosechadas las uvas  procedían  a su pasificación un par de semanas asoleándolas sobre el safareig (terraza de las bodegas antiguas)

Luego de la elaboración se obtenían unos vinos altamente alcohólicos, de aromas punzantes y una boca untuosa y larga.

La produccion de fondillón entre los siglos XVI y XVIII está ligada a familias de la nobleza de Alicante

La provincia de Alicante: vinos dulces y algo más

    Mirando al Mediterráneo pero alejada del mar por las montañas, esta tierra árida, castigada por el sol, con un suelo casi estéril  tiene una historia vitivinícola antiquísima. Fue el pueblo fenicio que introdujo la vid en la región.
   Su producción durante mucho tiempo privilegió la cantidad y sus vinos fueron conocidos y buscados más allá de sus fronteras.

   Tradicionalmente pensar en Alicante es imaginar vinos dulces, abocados acompañando sus frutas secas, la miel y toda una cultura árabe que jamás se desprenderá de la región. Sin embargo los mejores vinos  de Alicante son tintos tranquilos.

   Las variedades de uva son monastrell, garnacha tintorera (denominada en la zona alicante), bobal y en menor grado las antiguas forcallat y bonicaire. En La Marina, encontramos especialmente moscatel.

   Alicante ofrece vinos blancos con un carácter bien mediterráneo: ligeros, frescos, moderadamente aromáticos. Los moscateles se presentan más ligeros que los de antaño y resultan de muy buena aceptación por el mercado.

   A mi gusto, los tintos, bien tradicionales, son robustos, de color intenso y bastante alcohólicos. 


                                                           

domingo, 3 de julio de 2011

El vino en Brasil: ¡Espumosos en la playa!

  Si bien Brasil cuenta con algunas zonas de inviernos fríos y veranos cálidos, adecuados para el cultivo y desarrollo de la vid, el vino es una bebida muy poco consumida, alejada de la cultura de sus habitantes. Sin embargo las bodegas, excelentemente equipadas,  han comenzado a hacerse presente en los mercados internacionales con vinos de muy buena calidad, especialmente con variedades tintas como la cabernet sauvignon
n.

 Otra sorpresa de nuestro vecino es la producción de espumosos que están reemplazando en las playas el consumo de caipirinha y cerveza.

 Los vinos de Chile y Argentina suelen llegar a la mesa de los brasileños para festejos y ocasiones especiales. En los últimos tiempos las bodegas españolas han puesto los ojos y con buenos resultados en las exportaciones a Brasil.


                                                            

Salón de Vinos de Altura en Buenos Aires

  Esta última semana de junio, nos volvimos a reunir en el cuarto encuentro del Salón de Vinos de Altura. Otra oportunidad para que Salta, la provincia referente de la vitivinicultura del noroeste argentino, nos sorprenda con la calidad  de sus vinos.

  El encuentro se realizó en el Hotel Marriot Plaza de la calle Florida (en el centro de la ciudad) y durante unas horas saboreamos exquisitos blancos secos y dulces (con la cepa torrontés protagonista) y unos prometedores tintos.

  Acompañó el encuentro la música y mapas que nos seducían con la geografía salteña y su ruta de vinos. Artesanías de la región, oferta hotelera y la charla con los que se acercaron al lugar, resultaron en placenteros momentos en los que Salta se mostró para algunos como la productora nacional de los mejores vinos argentinos.

 Verdad o no, subjetividades y sentimientos aparte, indiscutibles es que  Salta tiene el mejor torrontés del país (y hasta ahora, del mundo) que acompaña perfectamente sus comidas típicas: tamales, empanadas, locros, quesos y dulces de coyote y membrillo.

 Sus viñedos están entre los más altos del mundo, bajo un cielo celeste, unos vientos limpios, una amplitud térmica importante que permiten una agricultura biodinámica. Todo eso se traduce en el sabor de sus vinos, únicos y extremadamente aromáticos y casi salvajes.

  No es casual que el 95% de sus viñedos sólo elaboren vinos de calidad.

  Salud por lo vinos de Salta! 

sábado, 2 de julio de 2011

La pasión turca

   Su producción vitivinícola se concentra en el centro y en las costas oeste y sur del país. Los mejores vinos de Turquía proceden de la zona central.

   Turquía posee una inmensa variedad de uvas (más de 1000). Con algunas de ellas se elaboran pasas de uvas, características de su cocina.
   Entre las tantas variedades de uva se encuentran: oküzgögú, bogazkere, papazkarasi,  kalecic katasi, gamay, cal karasi que producen vinos tintos y rosados. Con las emir, sultanine, narince y misket (entre otras) se elaboran blancos.

  El selección Kirmizi es un vino tipicamente turco. Tiene un aroma a frutas maduras (fresas, ciruelas, higos) con un toque animal al que se le suma los aromas a fruta seca (avellana, almendras). Su sabor corresponde con el aroma y resulta un vino amplio, redondo, muy cálido, de taninos equilibrados.

  Vino de guarda, si lo tomamos luego de 7 a 10 años de su elaboración agasajará nuestro paladar exquistamente.
 A una temperatura entre 17-18ª C acompañando guisos o carnes a base de hierbas expresa toda su potencia y gusto.

  
  
  Los vinos turcos se caracterizan por su gran variedad. Además de vinos blancos, rosados y tintos, los hay de aromas diferentes y sabores exóticos.  Sus excelentes taninos (en el caso de los tintos) y su equilibrada acidez, junto a los aromas florales, cítricos y mentolados, nos hablan de la riqueza de sus cepas y su tradición vitivinícola. 
  Vinos para beber jóvenes y vinos que seducen con una buena guarda,  comprende la gama de los muy buenos vinos turcos. Algunos resultan frescos, livianos. Otros complejos de gran estructura. Son vinos que remiten a su cocina:  especiada, sabrosa, abundante y dulce.