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viernes, 26 de agosto de 2011

Mis vinos: Finca La Anita Semillón, miel, frutas cítricas y...

 
Dirán que por preferir los tintos, mejor dicho ser fanática de ellos,  en "Mis vinos"  van ganando los blancos. Es cierto;  recordando cuando era chica, que dejaba para el final el dulce de leche de los conitos havanna (por cierto, riquísimos) haga lo mismo con los tintos preferidos. Pero, están ahí, muy presentes, esperando su turno.

 Además, entre las blancas,  la semillón es una variedad que ejerce en mí un encanto particular. Con ella se elaboran los cosechas tardías de Sauternes (Burdeos) y los vinos secos y complejos de Graves, también en Burdeos.


                                         .

  En nuestro país la semillón tiene una larga historia, no así sus vinos de calidad. Ha debido pasar mucho tiempo para que los bodegueros y enólogos se detuvieran en ella y le sacaran todo su jugo.

 Hoy bebemos este semillón de Finca La Anita elaborado con uvas de viñedos propios de Alto Agrelo, Luján de Cuyo, Mendoza


.

  Se  trata de un vino de gran identidad varietal, como muchos buenos semillones de Argentina; en la copa luce   un color amarillo con detellos verdosos cuando es  joven. Con una buena guarda aparecerán los destellos dorados.

  Una nariz exquisita: miel y frutas cítricas que anticipan el equilibrio de este varietal con un grado de acidez óptimo.

  En boca: elixir divino, repite la espléndida nariz con el agregado de notas de hierbas y pan tostado, éste último en vinos con guarda prolongada. Untuoso, se siente en el paladar.

  Como todos los blancos de esta bodega, no pasa por madera.
Se aconseja beberlo preferentemente decantado, a una temperatura fresca entre 12º y 15º C, en copas grandes.

  Me lo imagino con una mousse de pescado y mariscos o con una simple tortilla de papas.

                                               
                                 


martes, 22 de febrero de 2011

Los cosecha tardía y la podredumbre noble

 
                                                    

  No solo los vinos de hielo, actualmente en boga, son vinos dulces naturales. También están aquellos elaborados a partir de uvas sobremaduras (también por cosecha tardía) de zonas húmedas. En estos casos las uvas son atacadas por un hongo, botrytis cinerea nobilis, que produce evaporación de agua con la consecuente concentración de azúcar.  De este modo se obtienen vinos melosos, confitados, muy aromáticos y complejos.

  


  Estos vinos poseen una acidez reducida (a diferencia de los vinos de hielo),  pero se caracterizan por un muy buen tenor alcohólico ( no menor a 13 grados).

 Como todos los vinos dulces acompañan perfectamente postres, y  también, suelen ser consumidos  solos o en la sobremesa. .



                                                                                                   

  Debido al proceso de sobremaduración, el rendimieno de los frutos es muy bajo. Imaginemos que en una cosecha normal, si el rendimiento es de 1000 kg, después de la sobremaduración pasa a 500g y después del prensado, solo restan 300 litros de un mosto exquisito.

 Otro dato: debido a la gran cantidad de azúcar presente, el proceso de fermentación resulta my largo.








Los vinos de cosecha tardía más famosos en el mundo son el Tokayi (Hungría) y el Sauternes (Francia)