miércoles, 29 de mayo de 2019

Petit verdot: sol y humedad




 Originaria del sudoeste francés es una variedad de maduración tardía que requiere ciertos cuidados para dar lo mejor de sí: vinos potentes, tánicos, con aromas complejos y colores intensos.

Produce vinos de color rojo a violeta, carnosos, tánicos con aromas a frutas rojas y negras y paladares exóticos: herbáceos y mentolados. Criados en madera aparecen las notas de caramelo, vainilla y tostados. 


Sus bayas son esféricas, de un color violeta profundo. Se adapta muy bien a diferentes tipos de suelo, pero necesita mucho sol para madurar bien, aunque gusta de cierta humedad lo que la hace resitente al mildiu, oidio y podredumbre gris.




En Burdeos, su tierra natal, se la utilizó en la elaboración de vinos de corte para dar color, volumen y estructura. En los comienzos de la vitivinicultura francesa seguramente fue la cepa más plantada, pero fue reemplazada por las cabernet sauvignon, cabernet franc, merlot y carmenere que proporcionaron mejores resultados.

Aunque en las últimas décadas fue redescubierta en su país de origen, es en regiones más cálidas donde parece haber encontrado su lugar: Australia, España, Argentina, Chile y los Estados Unidos producen muy buenos varietales que expresan sus diferentes terruños.

Bolivia es otro ejemplo de exitoso cultivo de la petit verdot: En el 2017 ganó la Medalla de Oro en el Concurso Mundial de Vinos en Bruselas con un petit verdot con crianza de 24  meses en barriles de roble francés.

Caprichosa, al decir de algunos, por sus exigencias de sol y humedad, su cultivo para la elaboración de monovarietales gana preponderancia en las regiones que puedan brindarles estas condiciones. A cambio brinda vinos de aromas complejos, muy particulares y sabores intensos, vinos elegantes y exóticos.

Esther Ortiz Petit Verdot de la bodega Campos de Solana es el petit verdot premiado en Bruselas. Tarija, en las alturas blivianas, es el lugar donde la petit verdot puede madurar tranquilamente sin el ojo ansioso de su cultivador. El abundante sol y las noches frescas se lo permiten.




No deje de probar algún petit verdot y cuéntenos que le pareció ¿Cuál es su preferencia? ¿Joven o de guarda?

La edad es solo un número. No cuenta, ¡excepto que usted sea una botella de vino!


sábado, 27 de abril de 2019

Vino y comida tailandesa

En Tailandia se suele acompañar los platos con jugos naturales, agua o té frío, este último sobre todo en la temporada más calurosa.

No obstante, pensar en nuestras latitudes en comida tailandesa es también  imaginar qué vinos la acompañan a la perfección, además de las variedades de cerveza.



Hay quienes apuestan sin dudar por vinos blancos tranquilos y secos, van a lo seguro para evitar malos maridajes. Chenin, sauvignon blanc, riesling y chardonnay aportan frescura y acidez que combinan muy bien con la presencia dulce y especiada de las comidas tailandesas.

Pruebe con un torrontés, sus particulares características ensamblan exquisitamente con los ingredientes y especias de la cocina del golfo.

De producción única en Argentina donde se cultiva en todas las regiones, se presenta en tres tipos: mendocina, sanjuanina y riojana.


El torrontés riojano es el ideal para la comida tailandesa por sus aromas intensos, salvajes y su sabor frutado. Si bien en nariz simula un vino dulce, se trata de un blanco seco que deja un cierto amargor al final ideal para acentuar las características de platos especiados. En Salta se elaboran los mejores exponentes.


Los espumosos secos le van muy bien, no solo a la hora de los postres: limpian el paladar de las salteados e ingredientes cremosos como la leche de coco. Para aquellos platos donde se destaque el jengibre, las burbujas con aromas a pera, manzana y cítricos resultan una excelnte combinación:  Lo importante es jamás maridarlos con platos muy especiados que pueden provocar una acidez exagerada.




Pruebe un rosado, anímese con algún plato donde el ají se muestre sutil y delicado.







 Los tintos también pueden funcionar si elige los adecuados: con notas frutales, cuerpo ligero y taninos casi imperceptibles, muy suaves. Un pinot noir puede sorprenderlo gratamente. También, un sangiovese y un merlot. Un secreto: Descorchelo un rato antes de servirlo.

Dedique un tiempo a eleir un tinto fresco, joven y ¡sin madera! Sus aromas a frutas rojas maduras lo dejarán disfrutar de cualquier plato exótico especiado.






sábado, 20 de abril de 2019

Alfredo Roca Parcelas Originales, un Glera sin burbujas



En el Veneto, región del noreste italiano, se cultiva la cepa glera con la que se elabora el prosecco: espumante blanco seco con DOCG (Denominación de origen controlada y garantizada).


Bodega Alfredo Roca produce este blanco tranquilo (100% glera) de viñedos antiguos con la intención de ofrecer vinos diferentes, respetando las características varietales y de la región.

Partida limitada para un vino único en Argentina, de aromas intensos y acidez equilibrada.






Parcelas Originales también se presenta en dos tintos: Tinto de Parcela (un blend de malbec, cabernet savignon, bonarda y syrah) y Sangiovese (100% de esta variedad).



domingo, 20 de enero de 2019

Osado 2018, un malbec vestido de blanco



La frescura  del vino blanco y toda la expresión del malbec sintetiza la unión de los opuestos, anticipada en la etiqueta con el lobo y el cordero.



La bodega Salentein, una de las pioneras en transformar el Valle de Uco en una nueva región productora de alta calidad de vinos, produce este malbec vinificado en blanco: una audacia  que presenta aromas a frutas rojas bien maduras y florales (jazmín). Sabroso en boca, es fresco con una marcada acidez.

Un vino original, para aquellos que busquen sorprender y dar rienda suelta a su curiosidad. Se presenta con tapa a rosca.

Un vino para festejar entre nosotros,  aún que nos pega el sol tibio del otoño,  nuestro Día del Malbec.

Blanco de malbec, un atrevimiento muy bien pensado.