sábado, 2 de julio de 2011

Turquía y su vitivinicultura

  Desde el año 4000 al 1500 a.C. Anatolia era la mayor productora de vinos del mundo. Los hititas y Alejandro Magno con su imperio griego, llevaron a esta región a ocupar este lugar en la elaboración de vinos. Al menos, hasta los tiempos de las invasiones árabes y turcas.

  Luego de un prolongado repliegue con la caída de Constantinopla en 1453, la vitivinicultura turca alcanzó mejores niveles de producción a finales del s. XIX y en Europa se seguía consumiendo sus exquisitos vinos

 Con la Primera Guerra Mundial y los constantes conflictos entre Grecia y Turquía, los vinos turcos pasaron al olvido.

 Cuando en 1928 el gobierno turco decidió que el islam no sería ya más la religión oficial, el vino y su cultivo fueron conquistando nuevamente un lugar destacado en la vida cotidiana.

  Hoy la viticultura turca se desarrolla a través de cultivos oficiales (Tekel) y hay  también bodegas privadas.

Sanción en el antiguo imperio chino: vino adulterado

  La antigua cultura china le concedió singular importancia al vino. Documentos históricos dan prueba de ello ya que en el antiguo imperio se regulaba su elaboración y  comercio.

  En el año 2285 a.C se documenta la imposición de una importante sanción económica a un hombre que había mezclado vino de arroz y vino de uva, lo que obviamente era considerado un fraude.

viernes, 1 de julio de 2011

Otro espumoso francés, el crémant



 
   Es un espumoso elaborado bajo el méthode traditionnelle (segunda fermentación en la botella) y posee varias denominaciones de origen. Encontramos los crémants de Loira, Borgoña, Burdeos, Alsacia, Limoux y Jura. Cada una de ella con sus propias reglamentaciones (cahier des charges). 
   En la región del Jura el crémant, junto con el mousseux (otro espumoso de la región),  procede de l'Etoile Vernois. Podemos encontrarlos brut, semisecos o secos, blancos o rosados.

Los crémants de Borgoña poseen una gran potencia aromática que combina excelentemente con su ligereza y frescura.





  
  Burdeos también seduce con sus crémants rosados y blancos. Los primeros, elaborados con cabernet sauvignon, cabernet franc, merlot, petit verdot, carménere y malbec,  son afrutados, elegantes y muy finos. Los crémants blancos son vinos frescos y nerviosos, elaborados con semillón, muscadelle y sauvignon.





 En la región de Alsacia, las cepas utilizadas son el pinot blanc, sylvaner, chasselas y riesling. Con una 

vendimia que debe ser temprana,  estos espumosos resultan vinos de gran complejidad. Debe bebérselos, no muy fríos para apreciar todas sus cualidades.     





 En general, los cremants se beben jóvenes, como aperitivo y también pueden  acompañar una comida.