sábado, 20 de marzo de 2010

La vid





La vid pertenece a la familia de las Vitáceas, que se divide en varias subfamilias. La Ampelideae es la subfamilia que incluye el género Vitis, de cuyas especies, la Vitis vinífera, con su variedad sativa, es la que produce las uvas aptas para la elaboración de vino.





  Es una planta trepadora que podría crecer ilimitadamente. Por ello es necesario podarla, para obtener la mejor calidad de sus frutos. Poco exigente en cuanto al terreno, necesita poca agua y escasos elementos minerales. Suelos alcalinos, de poca materia orgánica, muy bien drenados y entre los paralelos 30 y 50 de latitud norte y 30 y 50 de latitud sur permiten el desarrollo ideal de la vid. Se cultiva tanto a nivel del mar como en territorios de más de 3000 m de altura. Gusta del sol y de una marcada amplitud térmica, elementos que contribuyen a madurar  su fruto y obtener un excelente vino.



1 comentario:

Patricia B. dijo...

La vid está compuesta por raíces largas, un tronco corto y fuerte, diversas ramas (sarmientos), hojas y frutos.
Los frutos se desarrollan en forma de racimos compuestos de dos partes: el raspón o escobajo, que sostiene a los frutos, y los frutos mismos es decir, las uvas.
En el fruto observamos tres partes bien diferenciadas: hollejo, pulpa y semillas.
En el hollejo se acumulan elementos que son sumamente importantes a la hora de elaborar el vino(taninos, antocianos, sales y ácidos). Estos elementos aportan color, aroma y sabor al vino. Por otro lado el hollejo está recubierto por una sustancia cerosa (pruina)en la que se depositan microrganismos (levaduras) que son las responsables del proceso de fermentación.
Aunque las semillas nunca se trituran, colaboran con algunas sustancias en el proceso de elaboración.
Finalmente en la pulpa, de color amarillento, blanco o verdoso (incluso en las uvas tintas, salvo alguna excepción)aparece el mosto, formado por azúcares, ácidos y los aromas típicos de cada variedad.