Según cuentan, los vinos de Extremadura fueron los primeros en llegar a América. Estos vinos potentes llegaron a ser los preferidos de Carlos V.
Durante siglos fueron vinos de gran reconocimiento pero a partir del s.XX fueron resignado calidad por cantidad.
A partir de los años 80 la necesidad de acomodar la industria vinícola de la región incentiva a la reorganización de la producción y empieza a priorizarse la calidad de los productos vivitinícolas. Una intensa e importante innovación tecnológica y una búsqueda de nuevas denominaciones dan testimonio de las intenciones de los productores de Extremadura.
Hoy Extremadura es, como antiguamente, sinónimo de muy buen vino