Utilizada por mucho tiempo en Burdeos para dar color a vinos más pálidos, la malbec, procede de la región de Cahors, sudoeste de Francia, donde producía vinos rústicos y tánicos, llamados negros.Y en América, en estas tierras australes, encontró su gloria.
Se sabe que llegó a Mendoza gracias a un enólogo francés que fue contratado por D. F. Sarmiento desde Chile y se adaptó maravillosamente a la tierra cuyana brindando unos vinos de muy buena calidad.
Sin embargo, por las características de la viticultura de mediados del s. XX (que privilegió la cantidad por la calidad) se mezcló con las variedades criollas. El resultado: vinos de mala calidad y otra vez el destino de cenicienta para esta cepa.
En los 90 la vitivinicultura mundial se transforma: la calidad reemplaza poco a poco la producción a granel. Se produce una revolución tecnológica en las bodegas y la enología se desarrolla a pasos agigantados.
Argentina no es inmune a estos acontecimientos y la uva malbec vuelve a encontrar un lugar destacado.
Hoy es nuestra cepa emblemática y produce vinos de diferentes estilos para distintos consumidores.
Los malbec para consumir día a día: Colón Malbec, Latitud 33, Alta Vista Premium, entre otros.