jueves, 28 de junio de 2012

Rumania: fiel a su tradición vitivinícola



La historia del vino en Rumania se remonta al siglo I, momento en que la viticultura se encontraba en auge. Efectivamente, cuando los romanos conquistaron Dacia, la enología era tradición, según nos cuenta la ciencia arqueológica e historiadores.


   Rumania, al igual que Bulgaria, posee cepas autóctonas de muy buena calidad. Pero es Rumania, la que fiel a su tierra y tradición vinícola da protagonismo a sus variedades en la elaboración de vinos.

    En el sur de los Cárpatos destacan sus famosos vinos de postre: Tamaioasa Romaneasca y Grasa, elaborados con las uvas del mismo nombre. Asímismo, producidos con las variedades feteasca regal y tamaioasa romaneasca, encontramos los blancos secos de las colinas de Arges: frescos y ligeros..


 Por donde hay vides, hay variedades autóctonas: en los Cárpatos orientales destacan las distintas feteascas: (alba, regala y negra) y galbena. Cotnari, uno de los viñedos más conocidos brinda dos grandes vinos de postre, de aroma y sabor peculiares. Los vinos tintos también tienen su lugar y se destacan los elaborados con babeasca negra.

 Si nos aceracamos a los viñedos de Murfatlar nos sorprednderán sus vinos semisecos y dulces. Muy buenos tintos y blancos elaborados con variedades tradicionales y francesas: bebeasca negra, cabernet sauvignon, merlot, muscat ottonel y tamaioasa, entre otras. La chardonnay, cultivada con botrytis,  produce un exquisito vino de fama mundial.


 Rumania... exótico país para los que habitamos de este lado del mundo. El vino y su historia; paisajes y castillos, como el de la imagen (en Jidvei) , me tientan a hacerla destino de viaje.

                                                     

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