domingo, 26 de febrero de 2012

Los vinos italianos: ¡viticultura maravillosa!

  Si bien la viticultura italiana se caracterizó por una producción vinícola donde la cantidad fue su signo (Italia es el país de mayor producción  mundial), siempre ha brindado grandes vinos. Nombres como Barolo, Barbaresco, Brunello y Chianti, demuestran su maravillosa viticultura.

   Desde hace ya más de una década,  la mitad de la producción de vinos pertenece a DOC (denominación de origen controlada) y DOCG (denominación de origen garantida) Además dentro de la clasificación IGT (indicación geográfica típica) encontramos muchos grandes vinos. Todo ello nos habla de una industria que está apostando, mayoritariamente, a la calidad en la producción.




  

   Los cambios comenzaron en el lejano año 1963 con una legislación basada en la producción vinícola francesa. En el transcurso de los años fue mejorada y adaptada a las necesidades de la industria italiana. La  ley Gloria (llamada así por el ministro de cultura Giovanni Gloria) sentó definitivamente las bases para una viticultura de vinos de calidad, además de terminar con los vinos adulterados y de elaboración mediocre.




   Su pasado nos cuenta la influencia helénica: los griegos amantes del buen vino descubrieron en esta península un lugar ideal para producir  la bebida de Dionisio allá por el 800 a.C.

   Por otro lado, los etruscos habían comenzado a producir vino en el norte de Italia mucho antes de la llegada de los griegos. El imperio romano contribuyó al florecimiento de la industria y extendió el cultivo de la vid  por toda Europa.

   Quizá  la rica e inconmensurable producción de vinos italiana esté asociada a su tardía unificación como nación. En el año 1861 su unidad fue posible y, aún más tarde, pudo pensarse en una verdadera industria nacional.
 
   Innumerables viñedos, ¡un verdadero laberinto! Más de 2000 variedades de uva... Tantísimos vinos: espumantes (secos, dulces) elaborados con el método tradicional y charmat;  vinos blancos secos que son frescos, ligeros;  otros  blancos:  con cuerpo y aromas y sabores de las barricas francesas. Vinos blancos semidulces (abboccato) y dulces (dolce). Rosados livianos y futales; tintos robustos, cálidos, potentes. Vinos de vendimias especiales: Passito y Vin santo.

 ¡Deliciosos vinos italianos!





                                   
                                                Brunello de Montalcino  de Castello Romitorio



2 comentarios:

Luis Reyes dijo...

Quizás estén un poco devaluados por la imagen que ha proyectado el Lambrusco como vino de baja calidad,no creéis?

Patricia B. dijo...

Seguramente, pero Italia tiene condiciones excelentes para la producción vinícola y eso queda demostrado en sus excelentes vinos actuales y los grandes vinos de siempre.